Basílica de Nuestra Señora del Pilar

Basílica de Nuestra Señora del Pilar

¿Qué ver en la basílica del Pilar de Zaragoza?

 

1. La Santa Capilla de la Virgen: la novena iglesia más grande del mundo alberga la magnificencia y espectacularidad de la Santa Capilla de la Virgen y de su entorno.

2. La Virgen del Pilar: los fieles y visitantes llegan desde todos los confines del mundo, visitan la imagen y presencian el tradicional pase de los niños por su manto.

3. Hay que hablar de la tradición de poner las velas.

4. Los besos en la Columna (que la ha hundido alrededor de cinco centímetros).

5. La pintura de la Sagrada Familia en la que todos los retratados parecen seguir al visitante con la mirada.

6. El impresionante órgano.

7. La venta de la cinta con la medida de la Virgen del Pilar.

8. Las diversas capillas, las grandes pinturas.

9. La subida a la torre con vistas privilegiadas de Zaragoza.

10. Las maravillas del Museo Pilarista.

11. El magnífico retablo mayor de Damián Forment.

12. Las bombas caídas en la guerra civil española que no explosionaron y están expuestas junto a la Santa Capilla de la Virgen.

13. Las banderas de todos los países de América Latina en las paredes.

14. Los frescos de Francisco de Goya en las cúpulas.

Catedral del Salvador de Zaragoza

Catedral del Salvador de Zaragoza

Como ya hemos visto en alguna ocasión, el arte mudéjar aragonés se convirtió en una representación artística de primer orden al aunar las  características del mudéjar con las particularidades propias de la región. Aunque  muchos son los ejemplos aragoneses,  nos detendremos en las características mudéjares que un edificio tan emblemático como la Seo presenta en pleno casco antiguo de Zaragoza.

La Catedral del Salvador,  conocida en nuestra ciudad como la Seo, es un edificio que muestra una mezcla de estilos, puesto que es fruto de constantes modificaciones estructurales a lo largo de la historia. Actualmente tiene de planta cinco naves,  aunque en origen surgió como catedral mudéjar de tres naves construida a su vez sobre la antigua mezquita, situándose el inicio de las obras entre 1153 y 1184.

La evolución arquitectónica del edificio puede concretarse en varias fases o periodos constructivos, que van desde el siglo XII, en el que la catedral dispone de tres naves y tres ábsides semicirculares; el siglo XIV en el que se realizan las ampliaciones góticas, con elevación de las bóvedas y añadido de dos naves laterales más; hasta el siglo XVI con la prolongación del testero con dos tramos  para convertir la planta en un cuadrado.  La torre actual, data de 1683, y por último, encontramos la portada neoclásica del siglo XVIII.

Ante esta compleja configuración estilística,  ¿cuáles son los elementos  representativos del  mudéjar que podemos encontrar en la Seo? De todas las zonas de la catedral, son característicamente mudéjares la parroquieta de San Miguel, con su cubierta octogonal de madera apeinazada con mocárabes de influencia sevillana; el amplio repertorio decorativo mudéjar del muro exterior; y el cimborrio octogonal de ladrillo construido entre 1505 y 1520 por Juan Lucas “Botero” tomando como base una estrella de ocho puntas.En todas estas localizaciones podemos observar los elementos propios que caracterizan el arte mudéjar, tanto en ornamentación como en estructura.

 

La decoración en el arte mudéjar se transforma  en uno de los pilares fundamentales del estilo, llegando a ser tan importante como las propias estructuras arquitectónicas. En la Seo, son destacables  las decoraciones de elementos geométricos como lazos, estrellas y rombos, construidos con el ladrillo, material representativo del estilo, especialmente en la zona aragonesa. Del mismo modo, como característica propia del mudéjar aragonés, descubrimos la aplicación de cerámica vidriada en el muro (muy evidente en la Seo en el muro exterior), material que potencia el cromatismo y brillo de los paneles decorativos junto con los juegos de luces y sombras de los ritmos repetitivos de la decoración de ladrillo.

Este mismo ladrillo es el protagonista en la construcción del cimborrio de base octogonal, heredero directo del arte islámico, del que es representación en Zaragoza la Aljafería, con un repertorio decorativo de paneles de rombos y franjas de retículas. Este cimborrio es, junto a los de Tarazona y Teruel, la más clara muestra de pervivencia de estructuras mudéjares en los que eran en su día los edificios más representativos de sus ciudades, las Catedrales.

Otra de las muestras de predominancia de formas mudéjares que encontramos en la Seo, es la cubierta de madera de la Parroquieta de San Miguel. Son características del arte mudéjar las techumbres de armaduras de madera, tanto de limas como de par y nudillo. Sin embargo en Aragón, estas cubiertas de madera fueron muy escasas (podemos destacar la techumbre de la Catedral de Teruel casi como una excepción), siendo más comunes las cubiertas abovedadas de crucería construidas en ladrillo. Por lo tanto la cubierta de San Miguel es además, una excepción estilística que la hace casi única en Aragón.

El crecimiento orgánico de la Catedral del Salvador a lo largo de los siglos, ha convertido a este edificio en un magnífico compendio de estilos que abarca desde el primigenio románico hasta el neoclasicismo. Descubrir los elementos mudéjares que en él se localizan demuestra la gran calidad de la obra, y se transforma en un punto de partida para avanzar en el conocimiento de los diferentes estilos que en el edificio encontramos.

El Ayuntamiento de Zaragoza, desde el departamente de Zaragoza Turismo, organiza diferentes visitas guiadas que muestran “in situ” la majestuosidad e historia de edificios como La Seo.

Palacio de la Aljafería

Palacio de la Aljafería

Cuando hacemos turismo en familia nos gusta «perdernos» por las ciudades que visitamos, pasearlas a nuestro aire, descubriendo espacios que, a lo mejor, no están en las rutas de turismo oficiales, o que, por lo que sea, nos acaban resultando encantadores.

Sin embargo, el edificio del que os hablamos hoy no es uno de esos lugares «perdidos», sino que tiene mucha Historia y su visita se hace casi imprescindible si visitas Zaragoza con niños, aunque no por eso deja de ser encantador.

El Palacio de la Aljafería parece desde fuera un pequeño castillo o fortaleza, bien bonita con sus torreones y su color terroso, y esta estética siempre resulta atractiva a los peques.

El Palacio de la Aljafería es, en realidad, una mezcla de construcciones, de diferente estilo y función, que, a lo largo de los siglos, han ido solapándose y uniéndose hasta llegar a nuestros días con su rara belleza medio musulmana y, desde hace unos años, como sede de las cortes aragonesas. Fuimos a verla una mañana soleada y, ya de lejos, a los chicos pareció gustarles (su aspecto de castillo con foso contó mucho a su favor). La taquilla para comprar las entradas tiene el aspecto de un pequeño kiosco junto al aparcamiento para los diputados y demás personal que está antes del puente que da acceso a la Aljafería.

Puedes apuntarte a la visita guiada o ir descubriendo el edificio por tu cuenta, pero os aconsejamos que aprovechéis el buen hacer de los guías para, en una hora, conocer bien la historia y las características de este interesante edificio.

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